LÓSSERVATORE ROMANO

Periodico Vatican

UNICUIQUE SUUM

NON TRAEVALEBUNT

Edición semanal en lengua española 5 de febrero de 1999

Presentación del nuevo rito. De los exorcismos del "Ritual Romanum" El cardenal Jorge Arturo Medina Estévez, prefecto de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, presentó en la sala de Presa de la Santa Sede, el martes 16 de enero, el nuevo rito de los exorcismos del " Ritual Romano". Un capitulo que quedaba por revisar después del concilio Vaticano II Ahora se publica, ya actualizado, con aportación de las Conferencias episcopales.

El exorcismo recordó el cardenal Medina Estévez es una antigua forma de oración que la Iglesia utiliza contra el poder del demonio.

http://www.vatican.va/phome_sp.htm

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EL PERIODICO

Miércoles, 27 de Enero 1999

La iglesia pone al día a los exorcistas:

 

Los endemoniados podrán ser exorcizados en su idioma materno por un sacerdote autorizado por el obispo diocesano, pero el rito no podrá ser retransmitido por ningún medio de información. El exorcista, además, con ayuda de las ciencias psicológicas, que se trata de verdaderos casos de posesión diabólica. Éstas son algunas de las novedades incluidas en el manual sobre el nuevo rito de los exorcismos, presentado ayer en el Vaticano, que sustituirá al usado hasta ahora, cuyo texto, con algunos retoques hechos por los papas, se remonta al 1614.

La nuevo manual cuenta con una 90 páginas, ha exigido 10 años de elaboración y debates con las conferencias episcopales de todos el mundo y representa la puesta al día de la iglesia católica en este campo, tal como había pedido el concilio Vaticano II en los años 60. La modernización consagra el reconocimiento del papel de la sicología, el psicoanálisis y la psiquiatría.

 

El 'poseído' habla idiomas desconocidos, tienen una gran fuerza física y muestra aversión a dios.

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En la presentación del nuevo rito, el cardenal José Arturo Medina Estévez, que el ministerio de la santa sede encargado del culto, insistió en destacar que el exorcista tiene que distinguir muy bien entre la enfermedad psíquica y la posesión diabólica. ’’USE LA MÁXIMA CIRCUNSPECCIÓN Y PRUDENCIA, aconsejó el cardenal a los exorcistas. NO PIENSE ENSEGUIDA -agregó- QUE ESTÁ VEJADO POR EL DEMONIO QUIEN QUIZÁ SUFRE ALGUNA ENFERMEDAD, PRINCIPALMENTE PSÍQUICA. Pidió que los sacerdotes no hagan nada SI NO SE ESTÁ CONVENCIDO y no se tiene UNA CERTIDUMBRE MORAL de la posesión. Para ello, aun manteniendo el secreto de la confesión, podrá consultar a expertos espirituales y PERITOS EN CIENCIAS MÉDICAS Y PSIQUIÁTRICAS.

El cardenal, chileno y defensor de Pinochet, soslayó la pregunta de sí dictaduras como las de Chile pueden ser consideradas como obra del diablo, aunque admitió que las guerras bien pueden serlo. El nuevo manual indica que las señales, recabadas tras una larga experiencia, para reconocer si una persona sufre de obsesión diabólica, también llamada posesión, son el hablar idiomas desconocidos, evocar cosas ocultas o alejadas, demostrar una fuerza física no conforme a la edad o al estado de salud y naturalmente, manifestar UNA NATURAL AVERSIÓN hacia Dios, Cristo, la virgen, los santos, la iglesia y las imágenes sagradas.

El nuevo rito del exorcismo comenzará con la aspersión del agua bendita, a la que seguirán unas letanías, el rezo de unos salmos y la proclamación del Evangelio. Acto seguido, el exorcista impondrá las manos y después MOSTRARÁ AL VEJADO LA CRUZ DEL SEÑOR.

Según ha dicho a este diario el exorcista de Roma, Corrado Balducci, experto también en rock satánico, los casos de aparente posesión diabólica suman un 30 por 1.000.

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Diario La Vanguardia

Miércoles 27 de Enero de 1999

 

Roma. Corresponsal

 

El diablo existe, se esfuerza en sembrar la maldad y la mentira entre los hombres e incluso puede introducirse en un cuerpo humano. La presencia de Satanás entre nosotros no es un dato opinable para los creyentes, sin una certeza que forma parte de la doctrina católica. Así lo recordó ayer en el Vaticano el cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez, prefecto de la congregación para el culto divino, durante la presentación pública del nuevo ritual católico para la celebración de los exorcismos. El sacramental, que no el sacramento, con el que un sacerdote debidamente autorizado por su obispo puede expulsar el demonio de un cuerpo poseído.

Después de 385 años, la iglesia se ha decidido a reformar el rito en el que los exorcistas, con voz imperativa, pregunta al demonio: "Quomodo té vocaris ¿ Cómo te llamas? ) Antes de ordenarle que abandone el cuerpo poseído ( contremisce et effuge), con la ayuda del agua bendita, el rezo, el signo de la cruz y la imposición de la estola. La reforma, realizada a la luz del concilio Vaticano II, ha llevado diez años de trabajo y, auque no supone una gran modificación del ritual de 1614, podríamos decir que introduce una mayor seriedad, apuntó el cardenal Medina Estévez, enfatizado en su explicación la naturaleza espiritual del demonio _el ángel caído por sus pecados-, un ser de gran inteligencias y poder al que la iglesia, en el umbral del siglo XXI, prefiere definir por su sustancia, sin adjudícale un rostro, una dimensión antropomórfica".

Sí hay cambios importantes, pero, en la metodología. En primer lugar, veto absoluto al show televisivo. Bajo ningún concepto puede permitirse la presencia de medios de comunicación en una ceremonia de exorcismo, cuya celebración debe mantenerse celosamente apartada de la luz de los focos. Y atención al legado de Sigmund Freud. Antes de actuar, los exorcistas deberán buscar la colaboración de médicos psiquiatras- así lo subrayó el cardenal- para poder discernir si se hallan ante un caso de posesión o de un disturbio psicológico, una de las muchas enfermedades de la mente que la psiquiatría ha puesto al descubierto en este último siglo.

Pero, ¿cómo distinguir un enfermo mental de un poseído? Responde monseñor Medina Estévez: El exorcista debe tener la certeza moral de la posesión demoníaca, esto es, no debe tener ninguna duda?: el poseído - prosigue- puede pronunciar e incluso entender palabras de lenguas absolutamente desconocidas para él, dar cuenta de cosas muy distantes e incluso ocultas, demostrar una fuerza física no habitual en el hombre y mostrar una vehemente aversión a Dios, la virgen, los santos, la cruz y las imágenes sagradas.