24 julio - 23 agosto

 

Palabra que te define: Magnetismo.
Tu verbo favorito: Yo logro.
Representas: Adulto joven del zodíaco.
Lo que más te gusta hacer: Resaltar y llamar la atención a toda costa.
Lo que menos soportas: Que te ignoren.
El dinero lo obtienes: Trabajando escrupulosamente.
El dinero significa para ti: Obtener lo que deseas y parte de un juego.
Tu mente es: Buscadora de armonía y equilibrio.
Tu familia es: Para protegerla y responsabilizarte.
Tu hogar está cargado de: Lujos y extravagancias.
Tu imaginación se caracteriza por: Aventurera y amplia.
Tus compañeros de trabajo dicen: Muy responsable y leal.
Tu trabajo perfecto: Actor y en los negocios de entretenimiento
Actividad que te beneficia: Desplegar tu creatividad.
Cómo repones tus energías: Disfrutando de un día de sol en la playa.
En sociedad y los negocios te caracterizas por: Innovador y vanguardista.
En el amor buscas: La aventura y la inspiración.
El matrimonio es: Un compromiso profundo.
Tu gran defecto: La presunción.
Tu gran virtud: La lealtad.
Tu sueño secreto: Ser rey y soberano.
Arma secreta para seducir: Te muestras jovial y divertido.
Tu sexualidad esta llena de: Misticismo y profundidad.
Que ostentas: De todo lo que puedas.
Que adoleces: Modestia.
Tu filosofía: Dar lo mejor de ti en todo.
Dios significa: La esencia de la vida.
Los viajes: Nuevas aventuras.
Cómo defines el éxito: Constancia y dedicación.
Cómo jefe eres: Exigente y ambicioso.
Los amigos significan: Intercambio y comunicación.
Temor oculto: Que no aprecien tus esfuerzos.
Qué es lo que no te deja avanzar: El orgullo.

 

CARACTERÍSTICAS


El verano está en su apogeo; el Sol, al máximo de su potencia, madura las mieses; estamos ya en el momento de la recolección de los frutos y la naturaleza brilla con su máximo esplendor. Simbólicamente Leo es el signo de la plena afirmación de la individualidad, de la voluntad, de la conciencia, del "Yo", de la soberanía egocéntrica. Si el fuego cardinal de Aries es animal, ciego y sublime, el fuego fijo de Leo es la expresión de una fuerza dominada, de una energía-luz disciplinada, de un fuego individualizado, consagrado a las potencias del Yo, de la voluntad dirigida, fuerza central reguladora e irradiante de vida, de calor, luz y brillo.

Corresponde a la quinta casa del Zodiaco y representa la vitalidad, la energía controlada y constante, el deseo de potencia subjetiva, el paso de la fase inconsciente a la consciente.

En la mitología este signo está asociado a la muerte del león de Nemea, primer trabajo de Hércules, y la demostración, con ello, de su fuerza viril.


PERSONALIDAD

Los nacidos bajo el signo de Leo están regidos por el Sol, símbolo de la vitalidad, que los hace conscientes de su propia fuerza y de su propia conciencia. El yo se manifiesta en su plena madurez de forma muy distinta a la de Aries, primer signo de Fuego, dominado por la impulsividad y agresividad marcianas.

A menudo son de constitución atlética y, aún más a menudo, animado de un temperamento bilioso. Fuerte, sano, va al encuentro de la vida, confiado, feliz, natural, con una abundancia vital que le presta aplomo, anchas espaldas, seguridad, audacia, sed de conquista, de dominio y ambición.

Es un apasionado del impulso del Yo, vital hasta la hipertrofia tiránica de la voluntad, sentimiento de grandeza, porte orgullo, sobreestimación de sí mismo, necesidad de prestigio, carácter magnánimo, altivo, recto.

Posee una gran ambición realizadora, movilización de las fuerzas íntimas, en la más alta tensión interior, al servicio de una pasión dominante, de un ideal que se convierte en el alma de su vida, el centro de su existencia, sentido de mando, de poder, de responsabilidad.

La valentía, la audacia, el deseo de sobresalir son características de Leo, que demuestra su propia fuerza con absoluta naturalidad y espontáneamente. La seguridad que tiene de sí mismo le hace aspirar al mando, la autoafirmación, el éxito (sobre todo en el ámbito social).

Individualismo exacerbado


Aferrado al presente, tiene un fino sentido de la realidad, que le capacita para valorar exactamente cada aspecto de ésta. A diferencia de Cáncer, vuelto hacia el pasado y todavía inmerso en el inconsciente, Leo afronta su propia existencia tratando de controlarla y de vivirla con absoluta seguridad y conocimiento de causa.

El mayor riesgo que corren los individuos nacidos bajo el signo de Leo es la sobre valoración de sus propias cualidades, la inflación de su propio ego puede dar como resultado un individualismo exacerbado con todos los excesos que esto conlleva.

Así, los Leo que no sean capaces de desarrollar armónicamente su propia personalidad reflejan de forma negativa las cualidades potenciales del signo. Entonces predominan el orgullo, la megalomanía; en fin, la desproporcionada confianza en sus propios medios.

Este tipo de sujetos vuelcan todos sus objetivos estrictamente hacia cosas materiales sin ningún deseo de evolución interior y con absoluta incapacidad de sublimación (dependiendo de los aspectos de su carta natal).

El sentido de autoridad se transforma en autoritarismo, la generosidad en un estéril exhibicionismo, el deseo de afirmación en tiranía y en afán de dominio. El control de su propia fuerza y vitalidad es esencial en el Leo para el desarrollo armónico de su personalidad.

De hecho, en los tipos evolucionados se encuentran individuos con grandes ideas e ideales, con un fuerte sentido del humor y capaces de canalizar ellos mismos su energía hacia la realización de grandes empresas.

Cuando sus cualidades potenciales se realizan y el individuo es capaz de controlar su voluntad con un fuerte sentido de la responsabilidad consciente, encontramos sujetos capaces de acciones inesperadas por su alto contenido ideológico, pudiendo trascender a experiencias creativas en el campo artístico con óptimos resultados.

La fragilidad de Leo se manifiesta en la necesidad de ser admirado; por este motivo puede ser presa fácil de astutos aduladores, que pueden herirle en su talón de Aquiles.

Leo, de hecho, no es astuto y sí trasparente, aborrece la hipocresía y el retorcimiento. Es su debilidad, pero también su fuerza. Afectivamente es pasional, ama sinceramente, con lealtad y generosidad; pero, como a la vez anida en él el peligro de ser demasiado orgulloso y exigente, puede convertirse en tirano y egocéntrico hasta la insensibilidad, provocando grandes sufrimientos.

Leo, de hecho, no es astuto y sí trasparente, aborrece la hipocresía y el retorcimiento. Es su debilidad, pero también su fuerza. Afectivamente es pasional, ama sinceramente, con lealtad y generosidad; pero, como a la vez anida en él el peligro de ser demasiado orgulloso y exigente, puede convertirse en tirano y egocéntrico hasta la insensibilidad, provocando grandes sufrimientos