Página sobre el tema. La Radiestesia. De nuestro amigo y experto Profesor Sr. Jonatan Santos. |
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BÚSQUEDA DE OBJETOS ENTERRADOS
UTILIZACIÓN RADISETISICA DE LA RADIACIÓN DE LOS CUERPOS
CUANDO SE BUSCA UN OBJETO ENTERRADO
La a Rabdomancia
(Radiestesia) de las voces griegas Rabdos, bastón, y Manida adivinación),
es una ciencia muy antigua y cuyo objetivo es descubrir las aguas subterráneas
mediante una varita denominada mágica. o adivinatoria, también se la conoce
como varita de Moisés, ya que en la Biblia encontramos diversas referencias a
prodigios realizados mediante la varita en cuestión. Los antiguos muy
propensos a utilizar la «varita mágica» para casi todo, con ella pretendían
no únicamente descubrir Las aguas subterráneas, sino también tesoros
ocultos y hasta la infidelidad conyugal.
La varita fue en tiempos lejanos, un símbolo de prestigio y poder, la historia esta repleta de referencias a los personajes que utilizaron la varita mágica como signo de su poderío, las hadas así como también las hechiceras famosas, (Medea y Circe) realizaban auténtica maravillas con dicha varilla; los magos de la antigüedad, tales como.
la mayoría de las personas han oído hablar de la Radiestesia como de
algo extraordinario que pueden realizar algunos mediante el péndulo, algo
por tanto, fuera de alcance de lo genérico. Unos
pocos ha leído algún tratado sobre esta especialidad y han sacado -la
mayoría dejas veces consecuencias equivocadas, podríamos decir, que han
entendido muy poco.
No pretendernos criticar esta circunstancia, nada mas lejos de nuestra
intención, por el contrario, es completamente normal, digamos que propio de
la naturaleza humana, que, ante algo desconocido adopta una posición
expectante y desconfiada.
Sabemos de algunos casos en que la persona han probado, y como es natural
-salvo excepciones-, no ocurría nada en absoluto, lo que les proporcionaba
una tremenda decepción, sin embargo esto es lo normal, es necesario mucha
paciencia, afición y constancia, La definición de la Radiestesias un poco
difícil, ya que no se puede considerar ni como ciencia, ni tampoco como arte,
ya que como decíamos es algo que de consigue con la práctica, de hecho debería
formar parte de alguna de las ramas del saber, ya que se supedita al
conocimiento y la voluntad, como cualquier otro tema que se quiera estudiar.
No habremos de olvidar dar, no obstante, que la Radiestesia pasa
inevitablemente por la percepción extrasensoria, de lo que se desprende que
el mayor y verdadero aparato radiestesico es el propio cuerpo del
practicante, ese sexto sentido que nos despierta a situaciones
extraordinarias, en ocasiones incluso, somos sorprendidos por hechos que no
esperábamos y que a falta de datos concretos para poder ubicarlos, decidimos
que ha sido una
corazonada, un poco de intuición, o simplemente casualidad, utilizamos
un sinfín de adjetivos quede alguna forma, justifica el hecho y de paso nos
deja mismamente tranquilos volviéndonos a la normalidad amenazada por aquel
incidente, Algunos especialistas, han llamado al péndulo como el altavoz
del subconsciente, ello, porque en realidad el péndulo en manos del
radiestesista hace la misma función que el altavoz en un aparato de radio.
Existe dos clases de radiestesia, la que se práctica sobre el terreno en
busca de algo, y la que se lleva a cabo a distancia. La primera corno se ha
dicho se utiliza con el péndulo sobre el terreno y el operante busca
sosteniendo ci péndulo por lo tanto circunscribir la Radiestesia en pasa
entre sus dedos, la segunda es una práctica muy interesante y la búsqueda se
realiza sobre planos o fotografías. Si decides practicar sobre el terreno os
será de mucha utilidad el llevar en vuestra mano libre un testigo por ejemplo
si lo que buscáis es agua, llevaréis un trasquilo lleno del liquido
elemento, esto facilitará vuestra concentración en aquello que buscáis,
(extrapolarlo a cualquier elemento que queráis buscar). Si por el contrario
habéis de buscar algo a distancia, también es conveniente que tengáis ante
vosotros el mencionado testigo facilitará toda la dinámica de búsqueda.
.
Deberéis tener presente que, el enemigo fundamental
del radiestesista es la autosugestión ya que si estás bajo los efectos de
esta influencia, el péndulo señalará todo aquello que se refiere a esa
autosugestión equivocando al operador.
Es importante que la persona, se mantenga tranquila y segura de lo que
quiere hacer. Os repito, cualquier persona con fuerza de voluntad puede
convertirse en un fenomenal radiestesista, para ello, paciencia, voluntad y entusiasmo.
Es cierto que en ocasiones las prácticas se hacen monótonas y pesadas,
pero ya sabéis el dicho, el que algo quiere.. También es necesario que
conozcáis las imitaciones de la radiestesia, ya que en ocasiones se tiende
a creer en haber descubierto panaceas cuando se obtienen algunos logros
positivos. Saber por tanto, que la radiestesia confirma hechos acaecidos o
circunstancias presentes, pero nunca se
os ocurra pensar en
episodios futuros.
Por lo tanto circunscribir la radiestesia en
pasado y presente, jamás en futuro.
Corno os decía, el practicante escéptico que a pesar de todo empiece
a sentir curiosidad y por tanto a practicar, con los primeros fracasos
pensara, ¡Ya decía yo que esto es un cuento O cosas parecidas, pero si a
pesar de todo continuas practicando, seguro que legará un día en que
exclames:
Dios, que grande es la mente humana,
Si en cambio, lo que queréis es probar con varias a la que aludíamos
anteriormente, también podéis hacerlo, para ello, habréis de proporcionaros
la varita, en realidad es una horilla como se ve en el dibujo N 2, deberá
ser, preferentemente de avellano y según algunos autores cortada a la Salida
del Sol, otros en cambio aseguran que la horquilla se ha de cortar en plena
Luna llena, sin embargo, lo cierto es que no se ha demostrado que este aspecto
pueda tener influencia alguna sobre los resultados posteriores.
Coger la varilla como muestra el dibujo N0 2 y caminar
lentamente en espera de que la horquilla vibre y se mueva, será señal de que
habéis ha-liado lo que buscáis.
La eficacia de este método está rotundamente
comprobado hoy al igual que lo estuvo antiguamente, pero, a pesar de ello,
también tuvo que luchar sobre todo contra dogmas de la iglesia católica
que comenzó a denominar corno varilla del diablo.
El P. Menestrier jesuita del siglo XVII, se preocupó extensamente de
la varilla adivinatoria, mostrándose abiertamente contrario a ella, quizás
por que su evidente credulidad con respecto a esta, le hizo concebir la idea
de que las propiedades que le asignaba, las atribuía al diablo.
Desde principios del siglo XVI, hasta finales del XVIII esta práctica
apasionó y lo practicaba gente de todas las categoría sociales, después
durante el siglo pasado, la fama de la varita adivinatoria se fue eclipsando
hasta quedar tan solo latente como antiguas supervisiones de los abuelos.
Tan solo aquel los que cultivaban las ciencias ocultas continuaron
concediéndole la importancia que tenia, y gracias a estos esta práctica
estuvo Siempre en estado latente,
en el cuarto trastero de estos buscadores y guardadores de los conocimientos
de siempre, y que pusieron al servicio del ser humano en cuanto los tiempos es
fueron propicios.
Así, a principios de este siglo, se fundó en
Hannóver una Sociedad cuyo objetivo era el estudio de los fenómenos
rabdomanticos, llegando a convocar un concurso que dio óptimos resultados,
en vista de los cual la academia de Ciencias de Paris convocó otro concurso
en 1913 con un éxito que mismos
esperaban.
Inglaterra emulé a París abriendo otro concurso, y lo mismo hizo
Alemania que superó los anteriores.
hidróscopos, prospectistas y zahoríes, tanto nacionales como extranjeros,
Como complemento a nuestro CURSILLO ELEMENTAL, publicamos hoy el presente trabajo de dedicado a la ampliación de los diferentes factores y modos de operar, que entran en la BÚSQUEDA RADIESTESICAS propiamente dicha, ya que la búsqueda radiestésica es el resultado natural de todas las teorías, de todas las demostraciones y de todos los ejercicios expuestos para acostumbrarse a reglamentar debidamente su ejecución.
La
exploración radiestésica es un acto de la inteligencia, secundada por la
imaginación para descubrir seres y cosas de las cuales se supone la existencia:
AGUAS SUBTERRÁNEAS, YACIMIENTOS METALÍFEROS, OBJETOS PERDIDOS, PERSONAS
DESAPARECIDAS, etc.
Está
admitido que un cuerpo enterrado emite alrededor de él de una manera constante
radiaciones siguiendo un principio, que define las condiciones de su propagación.
Estas radiaciones, independientemente de las que subiendo verticalmente de la
superficie del cuerpo dibujarían por decirlo así la forma del objeto sobre la
superficie del terreno, se extienden alrededor de él en, el caso teórico de un
cuerpo exacto, formando una superficie cónica vuelta del revés, cuya cima A
ocuparía el cuerpo buscado y cuyos lados L y L forman con la vertical del
cuerpo un ángulo de 45º.
(figura n 1)
Este
principio, AL CUAL LA AUTO-SUGESTIÓN PRESTA SU A POYO, permite, pues,
determinar la PREFUNDIDA a la cual se encuentra un cuerpo un yacimiento de forma
cualquiera, una corren té de agua, etc. tiene un carácter general y en caso de
que se buscase un cuerpo, un yacimiento ¿ una corriente de agua, su pro fundida
se deduciría de la posici6n de los puntos de emergencia de sus radiaciones,
representando sobre el suelo el contorno AMPLIFICADO del cuerpo
del yacimiento, que en el caso de tratarse de una corriente de agua estaría
representado por las dos orillas o márgenes.
La
profundidad de la corriente de agua en el subsuelo, medida al nivel de la
superficie del liquido, es, pues, siempre igual a la mitad de la distancia de
las dos orillas, medida sobre el suelo y, para los cuerpos o yacimientos, esta
profundidad es sensiblemente igual a la mitad de la distancia levantada entre
los dos puntos opuestos de la línea de emergencia de Las radiaciones.
Hemos
estimado conveniente hacer esta consideración genera. Sobre la profundidad
antes de pasar adelante, tanto por las ventajas que su utilización puede
prestarnos durante las exploraciones radiestésica, que vamos a describir, como
por el uso que hacen numerosos prácticos del método de los 45º para de
terminar la profundidad de los cuerpos buscados.
BÚSQUEDA DE OBJETOS ENTERRADOS
Cuando se han enterrado en el suelo objetos metálicos
o de otras clases, poco tiempo antes de proceder a su detección radiestésica
loa resultados generalmente no son muy brillantes, debido a varias causas que
dependen por una parte de la presencia de los espectadores, que pueden
influenciar a los radiestesistas poco entrenados hasta el punto de paralizar
completamente su sensibilidad e incluso tratándose de operadores muy
experimentados, de dificultarles seriamente su labor, y, por otra parte, pueden
depender del objeto mismo.
En
efecto, si la masa del objeto enterrado no es muy considerable, su irradiación
tendrá poca intensidad, y, si hace que está enterrado poco tiempo, apenas si
será perceptible en la superficie del terreno, no pudiendo aceptar la tarea de
su localización más que operadores muy experimentados, o sea aquellos cuya
sensibilidad ha sido a- finada por una larga practica.
De
todos modos debe hacerse, al parecer de según oler tos autores, una excepción
si se trata de oro, cuyas radiaciones, por ser particularmente intensas, harían
que se pudiese encontrar poco tiempo después de haber sido enterrado.
UTILIZACIÓN RADISETISICA DE LA RADIACIÓN DE LOS CUERPOS
Se ha escrito mucho Y
en realidad se sabe muy poca cosa, reduciéndose todo a las hipótesis o a las
afirmaciones sus garantías de operadores, que han atribuido a la
baqueta y al péndulo el fantasma de radiaciones especiales, de las cuales nada
seguro puede indicar su existencia. En tales condiciones y en ausencia de todo
medio de percepción y de control, que ofrezca garantías reales de objetividad,
es imprudente contar en las búsquedas con la presencia de las radiaciones, que
no pueden invocarse más que a titulo de hipótesis o de AUTO-SUGESTIÓN; á
faltado algo mejor contentémonos con esto...
La complejidad de la búsqueda depende de varias
condiciones, según las circunstancias en que se presente la misma, pudiendo
darse los siguientes casos:
1
La naturaleza del objeto y el sitio que ocupa son conocida, falta
determinar a qué profundidad se encuentra.
2
La naturaleza del objeto es conocida, pero el sitio en que se encuentra y
la profundidad hay que terminarlos.
3
La naturaleza del objeto es desconocida, su situación es conocida, pero
no su profundidad.
4
La naturaleza del objeto, su situación y su profundidad son desconocida.
Pueden
presentarse otras variaciones, pero con saber solucionar adecuadamente los
cuatro casos expuestos se podrán solucionar los domas, que puedan presentarse,
operando por analogía.
LA BÚSQUEDA
debe efectuares en una superficie bien de terminada de terreno, pero
como que la radiación del objeto en terrado puede ser muy débil o inexistente,
conviene en la expresión del deseo el HACERSE SENSIBLE A SU PRESENCIA.
Los
ejercicios que describiremos a continuación pueden ser Considerados como una síntesis
de diversas búsquedas, las más usuales, estando graduadas les dificultades.
Los principios anunciados son valederos para todas las búsquedas ulteriores,
operadas sobre los más vastos espacios, lo mismo si se trata de objetos
enterrados accidentalmente que de yacimiento.
Que
se encuentren en el subsuelo.
Hay
que tener presente que el enterramiento accidental o voluntario de objetos en el
subsuelo puede tener lugar en las grietas o aberturas de los terrenos y por
consiguiente a considerable profundidad, pero las condiciones de la búsqueda
nunca cambian, aunque esta ultima circunstancia nos advierte que, al tratar de
determinar la profundidad a que se encuentra un objeto enterrado, al igual que
en todos los factores que se traten de averiguar por medio de una detección
radiestésica, no debe u no formaras nunca con anticipación una idea de cual va
a ser el resultado, que se tiene que obtener, pena de ser víctima de una
autosugestión, que nada tiene que ver don la realidad del objeto de la
exploración.
Sea
un objeto de cobre que se ha enterrado en un punto marcado por una estaca; es
preciso Indicar a qué PROFUNDIDAD del suelo se encuentra.
El
operador, baqueta o péndula en mano, se coloca en el lugar donde está la
estaca, encuadrándola entre sus des pies, y luego anuncia por tres veces la
expresión de su deseo, con diez segundos de intervalo, poniendo al mismo
tiempo el péndulo en oscilaciones o la baqueta en posición de espera.
La
fórmula de la expresión del deseo será la siguiente: DESEO HACERME SENSIBLE A
LAS RADIACIONES DEL OBJETO DE COBRE COLOCADO
EL SUELO DEBAJO DE MIS PIES
Seguidamente
se aleja de la e ataca, caminando hacia atrás, lentamente, en una dirección
cualquiera y pronuncian do a cada paso la interrogación: ¿A qué profundidad
está el objeto de cobre? En un momento dado las oscilaciones convierten en
giros, se para uno, entonces, y coloca a sus pies una estaca o marca el punto
donde se produjeron loe giros con Cualquier objeto o señal bien visible.
Los
giros se produjeron el punto de
emergencia de las radiaciones en ángulo de 45 del objeto de cobre; es
suficiente medir la distancia desde este punto hasta la estaca colocada encima
del objeto para conocer la profundidad a que está enterrado.
Si
esta distancia es, por ejemplo, de un metro veinte centímetros, según el
principio enunciado anteriormente el objeto de cobre está enterrado a un l'20
m, de profundidad.
Ni
que decir tiene que el operador ha convenido consigo mismo por medio de la CONVENCIÓN
MENTAL, que las oscilaciones se conviertan en giros en el punto de
emergencia de las radiaciones de 45 ó en el punto equidistante de la estaca en
la misma longitud que está el objeto enterrado en el subsuelo.
Sea
el mismo objeto de cobre del cuál se ignora el sitio en que se encuentra y la
profundidad a que yace enterrado.
El operador se sitúa en un punto cualquiera del perímetro del terreno, y a continuación, fijando su mirada en el centro del espacio a explorar, coloca su mano izquierda en antena y pronuncia la expresión del deseo:
"DESEO
HACERME SENSIBLE A LA PRESENCIA DE LAS RADIACIONES DEL OBJETOS DE COBRE QUE ESTA ENTERRADO DEBAJO DE ESTE
TERRENO, CUALQUIERA QUE SEA LA DISTANCIA A QUE SEA ENCUENTRA.
Tras
haber pronunciado tres veces seguidas la expresión del deseo con diez segundos
de intervalo entre cada expresión, teniendo el péndulo puesto en oscilaciones,
empieza muy lentamente a dar la vuelta sobre sí mismo, mientras pronuncia la
interrogación: ¿El objeto de cobre está enterrado en esta dirección? (La
indicada por la mano izquierda extendida en forma de antena).
Es
conveniente describir pequeños arcos de circulo con la mano extendida en
antena, deteniéndose en cada uno de ellos, mientras se pronuncia mentalmente la
interrogación.
Caso
de no entrar en giros el péndulo en la primera vuelta, se camina unos pasos y
se repite la operación dando siempre muy lentamente la vuelta sobre sí mismo,
y así sucesiva mente hasta que el péndulo convierte sus oscilaciones en giros;
en este momento, la dirección señalada por la mano extendida en antena, señala
la DIRECCIÓN EN QUE SE ENCUENTRA EL CUERPO BUSCADO.
El
operador señala convenientemente esta dirección y seguidamente se traslada a
otro punto del terreno, sensiblemente sobre la línea de noventa grados en
relación a la dirección que termina de señalar, repitiendo toda la operación,
sin olvidarse del pequeño ceremonial de la expresión del deseo y de la
interrogación.
Señala
una segunda dirección que se cortará con la obtenida anteriormente en un punto
determinado, se traslada a dicho, punto debajo del cual se encontrará el objeto
enterrado y, entonces, no queda ya más que buscar la profundidad a que se
halla, operando según se ha indicado en el ejercicio anterior.
(figura 2.)
La X señala el punto donde se halla
el cuerpo enterrado, la P el punto desde donde el operador señala la primera
dirección D y la P' el punto desde donde el operador señala la segunda dirección
D, que al cruzarse en X marcan el punto buscado.
Queda
bien entendido que si el resultado de toda la operación no es satisfactorio,
tiene que empezaras de nuevo todo el proceso hasta un éxito completo y
repetido.
Debe
tenerse presente que en estos ejercicios se trata de búsquedas de objetos cuya
presencia real es cierta, de no ser así, en un caso como el presente, tras tres
o cuatro tentativas de encontrar la DIRECCIÓN sin que el péndulo transforme sus
oscilaciones en giros, debe abandonarse la búsqueda, de otro nodo el deseo
inconsciente de encontrar una dirección haría, a la larga, hacer actuar la
autosugestión dando indicaciones el péndulo completamente falsas. En toda
operación radiéstesica hay que proceder con las máximas precauciones.
Tratase
de un objeto cuya naturaleza es desconocida, su situación es conocida, pero no
su profundidad. Debe, pues, buscar se la naturaleza del objeto y luego la
profundidad.
Aquí
el problema es, en apariencia,
complicado, pero en el fondo es sencillo. El operador se coloca encima del punto
que señala el emplazamiento del objeto, pone su péndulo o baqueta en posición
de espera y despu4s expresa su deseo tres veces, con intervalos de diez
segundos: "DESEO HACERME SENSIBLE A LA PRESENCIA DEL OBJETO ENTERRADO
DEBAJO DE MIS PIES". Como que el objeto enterrado es de naturaleza
desconocida, se ignora si emite radiaciones o no.
Teniendo
el operador el péndulo en la mano derecha, señala con el índice de la mano
izquierda, puesto en antena hacia el suelo, el punto donde esta enterrado el
objeto, mientras interroga lentamente: El objeto enterrado en el suelo, debajo
de mis pies, es metálico?". Después de repetir cinco o seis veces la
interrogación, a razón de una vez por minuto, con la correspondiente espera,
si las oscilaciones continuas sin convertirse en giros sacan la conclusión de
que el objeto enterrado no es de naturaleza
metálica. Modificase la interrogación tantas veces como sea necesario,
empleando expresiones relativas a grupos de sustancias diferentes, como por
ejemplo: El objeto enterrado debajo de mis pies es una pieza de vajilla, de
batería a de cocina, de vidrio, etc.?
En
el caso de que el péndulo responda afirmativamente a una de las
interrogaciones, puede conocerse la naturaleza del objeto, pudiendo en ocasiones
precisarse aun mas, como por ejemplo en el caso de tratarse de una pieza de
vajilla, interrogando si es de porcelana, de loza, de tierra, de aluminio, etc.
La
fórmula de interrogación será: ¿El objeto enterrado debajo de mis pies ea de
porcelana, de loza, etc.? Pero cada interrogación repetida como es conveniente,
no deberá contener más que el nombre de una sola sustancia.
Si
el péndulo, a la primera interrogación, indica que se trata de un objeto metálico,
el operador ya tiene un punto de partida, pudiendo, mediante sucesivas
interrogaciones, determinar de qué clase de metal se trata.
De
todos modos, como que sólo se trata de un ejercicio de entrenamiento, para que
no sea en exceso fatigoso el operador puede hacerse dar una lista con un
determinado numero de sustancias entre las cuales se encuentre la naturaleza del
objeto enterrado.
Determinada
la naturaleza del objeto enterrado, se pasa a determinar la profundidad por el
procedimiento descrito en el ejercicio.
La
naturaleza del objeto, su situación y su profundidad son desconocida.
Es
necesario ante todo localizar el sitio, luego la naturaleza y a continuación la
profundidad, operando según se ha des arito en los ejercicios anteriores.
Por
los ejercicios anteriores uno puede darse cuenta de la sencillez del método de
las interrogaciones y de la seguridad de sus resultados; para ello as necesario
que no se olvida nada en el proceso de las operaciones: estado pasivo de espera,
expresión del deseo, INTERROGACIONES, conformándose exactamente a las
prescripciones indicadas en nuestro CURSILLO ELENTAL y en el presente trabajó.
Los
procedimientos empleados en la búsqueda de las corrientes de agua subterránea
son diversos, pero todos se reducen en el fondo a dos modalidades: en una de
ellas los radiestesistas recorren el terreno péndulo o baqueta en mano; en la
otra, prospecta desde un punto fijo por medio de la proyección del pensamiento,
pero tanto en uno corno en otro procedimiento LA ACCIÓN MENTAL ES SIEMPRE LA
BASE DE LA BÚSQUEDA.
En
el primer caso, el operador, provisto de su instrumento radiestésica y
llevando, generalmente un TESTIGO, formado por un pequeño frasco de agua,
recorre en línea recta el terreno, cruzándolo en varias direcciones, hasta el
momento en que la baqueta o el péndulo acusan una primera reacción en relación
con la proximidad del agua. Datos por supuesto que en el terreno explorado se
encuentran alguna corriente de agua subterránea.
La
varilla sube o baja según sea su posición de EQUILIBRIO INESTABLE, mientras el
péndulo se pone a oscilar PARALELAMENTE a la corriente de agua. Téngase
presente que los movimientos de los instrumentos debe estar previstos por CONVENCIÓN MENTAL.
La primera reacción no indica la presencia del agua bajo los pies del operador, pero le previene que entra en la ZONA DE INENOIA del agua.
(figura n 3.)
La
zona de influencia está compuesta de una sucesión de planos A, B, O, de
radiaciones paralelas a la orilla de la corriente de agua y cuya intensidad
aumenta al acercarse a la vertical del río o corriente subterránea, como lo
indican las reacciones del instrumento, más débiles sobre él limite de esta
zona y cada vez más fuertes al avanzar hacia el agua.
Tras
la primera reacción del instrumento, los radiestesistas continuas su marcha; si
se vale de la baqueta, esta reacciona cada vez con mayor intensidad conforme se
avanza hacia C, haciéndolo la máxima intensidad entre C y D, para disminuir
conforme se acerca a E, cesando en absoluto en absoluto en F.
Si
se trata del péndulo, 4ste convierte en A sus oscilaciones normales en
oscilaciones bien diferenciadas y paralelas al eje de la corriente, para transfórmalas
en oscilaciones bien marca das y de dirección vertical a la corriente, conforme
uno se acerca a B, para transformarlas en giros elípticos entre B y C y claras
rotaciones entre C y D), o sea sobre el paso de la corriente, repitiendo desde D
a F el mismo ciclo pero a la inversa.
Colocándose
sobre las orillas C y D de la corriente el operador puede, siguiéndolas
subiendo o rajando, DETERMINAR EL CURSO, con todas las sinuosidades de la
corriente, sobre una parte de su recorrido en la extensión que sea necesario.
SENTIDO
DE LA CORRIENTE.- Para conocer el sentido de la corriente el operador se coloca
sobre su eje y marcha en una dirección, caminando en sentido contrario a la
corriente, la baqueta sé alza como bajo los efectos de una repulsión, bajando
o permaneciendo inmóvil sí se
canina en el sentido de la corriente.
Con
el péndulo el operador, colocado sobre el eje de la corriente, da vueltas sobre
sus talones muy lentamente; al estar tiente a la parte baja, oscila en el
sentido de la corriente, mientras que al hallarse cara
la parte alta, de donde proviene el curso del agua, describe rotaciones.
No
debe olvidarse, como hemos dicho anteriormente, que los movimientos de los
instrumentos se establecen por CONVENCIÓN MENTAL.
Sea
cual fuete el procedimiento empleado para la búsqueda del agua, el
radiestesistas lleva siempre ventaja, si, al iniciar la exploración, se adapta
a las indicaciones relativas al estado pasivo y a la expresión del deseo. Es
una condición indispensable para el éxito de su prospección, ya que su
sensibilidad perceptiva y selectiva aumentan así enormemente.
Así,
pues, tras el estado pasivo (Ver curso elemental) expresar su deseo en los
siguientes términos "Deseo hacerme sensible a las radiaciones verticales
del agua corriente que se deslice en el subsuelo, a una distancia cualquiera, y
deseo ser insensible a todas las demás radiaciones", y después al ponerse
en marcha, interrogará: Esta aquí el agua?".
En el segundo caso, o sea cuando el operador prospecta desde un punto
determinado del terreno, cae debe explorar, procederá exactamente igual a cómo
hemos indicado para la búsqueda del objeto del ejercicio II.
Tras
formular la convención mental de que el péndulo entrará en giros cuando la
mano izquierda extendida en antena señale la dirección en la cual se encuentra
el agua, expresa su deseo, y, girando lentamente sobre sus talones, interrogará:
¿Es ésta la dirección eh la que se encuentra el agua?
Si
tras des o tres vueltas completas el péndulo no entra en rotación, es señal
de que en las inmediaciones no se encuentra agua y debe buscarse mucho más
lejos.
En
el caso dé que el péndulo empiece a girar, el operador debe señalar con
cuidado el lugar en que sé encuentra, así como la dirección encontrada, sobre
cuya linda ima4naria, trazada sobre el terreno, se encuentra un punto más o
menos distante en el que existe emergencia de las radiaciones verticales del
agua.
Los
radiestesistas se desplazan entonces a Otro punto, distante primero unos 50
metros, y, desde este nuevo punto, Continua la exploración exactamente igual
como lo hizo desde el primero, sin olvidar la expresión del deseo y las
interrogaciones.
Lograda
una. Segunda dirección, que se cortará con la primera en un punto determinado,
señala dicho punto de intersección como el emplazamiento de la vertical de una
corriente de agua subterránea, vertical que corresponde a la orilla de la
corriente más próxima al operador.
Partiendo
de dicho punto continuará su prospección como se indicó en el primer caso,
para determinar el curso, su anchura y el sentido de la corriente.
POR PRUDENCIA es conveniente controlar los primeros resultados de la operación,
empezándola de nuevo sobre das puntos diferentes, colocados respectivamente a
una distancia igual de los anteriores; el punto de intersección puede
encontrarse en el mismo sitio o bien estar desplazado en otro punto de
emergencia de las radiaciones verticales del agua.
Por
el mismo procedimiento pueden descubrirse capas de agua subterráneas
durmientes, cuya extensión es a veces considerable.
Siendo
sus radiaciones mucho más débiles que las de las aguas corrientes, resultan más
difíciles de discernir y por este motivo el operador debe reforzar sus medios,
de acción: Estado pasivo de espera y atención voluntaria. Además las aguas
durmientes se encuentran, a veces, en cavidades que emiten radiaciones
particulares.
POR
LA EXPRESIÓN del deseo, es preciso llevar pues al inconsciente a que opere en la
selección de las radiaciones; ejemplo: “DESEO
hacerme sensible a las radiaciones verticales del agua o de las cavidades que
existen en el suelo y hacerme insensible a todas las demás radiaciones”.
LAS
BÚSQUEDAS de agua deben hacerse con mucho cuidado, ya que puede ciar origen a
trabajos costosos, que en casos de error serian motivo de una pérdida total.
La profundidad de la corriente de agua bajo tierra, se deduce del principio que demostramos en la figura 1. En efecto, los planos de las radiaciones, al elevarse verticalmente encima de las orillas, son los más perceptibles y se ha notado que al operar sobre un terreno llano que cubre el suelo homogéneo, la distancia que separa el plano B del plano O, siendo igual a la distancia 1, 3 se puede medir la profundidad de uno u otro lado de la corriente.
(figura 4.)
De todos modos no se debe fijar demasiado en una regla tan
sencilla, ya que en ciertos casos se reveló capaz de dar valuaciones a menudo
erróneas y esto sucede, sobre todo, cuando varia a corrientes de agua circulan
poco más o menos paralelamente y están separadas por pequeñas distancias.
Para averiguar la profundidad, entre todos los métodos, los más seguros son
los que ponen en juego un inconsciente bien entrenado.
Cuando el terreno forma pendiente, como en la.
(figura 5.)
Las distancias de las
radiaciones verticales. es tomadas de las orillas de una y otra parte, no son
iguales. La distancia B, E' del lado más tajo es más corta que la distancia
1), E, La profundidad es entonces sensiblemente igual a la mitad de la suma de
las dos distancias.
Los
TERRENOS no homog4neo.s la medida de la profundidad presenta serias
dificultades, hasta el punto que constituye los mayores escollos encontrados por
los radiestesistas, cuya prospección resulta macho más fácil si puede
ayudarse por algunos conocimientos geológicos.
LOS
TERRENOS que tienen más o menos hendiduras, general mente dan las distancias B,
C, y D, E, desiguales y más débiles que las que corresponderían a su
profundidad real, ya que las radiaciones emitidas por las corrientes están
desviadas o refractadas contra las irregularidades del suelo. En los terrenos
arenosos o arcillosos la difusión de las radiaciones en los elementos finamente
divididos .3. suelo es tal que en la evaluación de la profundidad se ven
obligados a añadir el espesor de los bancos de arcilla, para compensar los
errores debidos a su presencia.
Ahora
bien, como que existen húmeros operadores que en la búsqueda de la profundidad
presiden en sus métodos de el posible espesor de los estratos arcillosos
en cuanto a sumar dicho espesor a la profundidad
y rasan a localizar directamente por convención
mental la profundidad real del agua, coronando el éxito sus
prospecciones, y como que por otra parte el estado actual de los conocimientos
científicos no permiten aseverar en absoluto que los estratos arcillosos
disminuyan la profundidad real, sin que hasta la fecha nadie sepa exactamente
quien lanzó tan fantasiosa hipótesis, que mientras los trabajos de unos
parecen confirmar, los de los otros desmienten rotundamente, cabe creer que se
trata de un fenómeno de autosugestión inconsciente, que establece a priori una
convención mental que hace que los operadores que creen en la misma, encuentren
realmente la Profundidad real disminuida en el espesor de los bancos de arcilla,
mientras que los demás operadores prescinden de esta superflua convención,
pasando directamente a encontrar la profundidad real, estratos a callosos
incluidos.
La
búsqueda de la profundidad se efectúa por muy diversos métodos; el operador
puede adoptar el que crea más conveniente según su personalidad.
En
la base de la mayoría de estos métodos, se encuentra un principio común que
consiste en con contar algo, con determinado
compás, fijado por convención mental:
números, monedas, guijarros, con el talón sobre el suelo, unidades de tiempo,
pasos, etc.
LA CONVENCIÓN mental atribuye a cada unidad un valor correspondiente a determinada fracción de la profundidad busca. Así por ejemplo, si se cuenta por segundos conviniendo mentalmente que un segundo representa 5 cm. De profundidad, la baqueta deberá levantarse ó el péndulo entrar en giros, cuando se alcance el número de segundos correspondiente a la profundidad; si el instrumento acusa una reacción al cabo de 100 segundos, la profundidad será igual. A 100 x 0’05= 5 metros; si llega a 200 segundos será de 10 metros y así sucesivamente • Se tiene interés en adoptar una pequeña equivalencia en centímetros para cada segundo, a fin de obtener una valuación más precisa de la profundidad sin tener que contar tanto tiempo.
PARA
BUSCAR la profundidad los radiestesistas se coloca directamente sobre la
corriente del agua; después expresa su deseo "deseo hacerme sensible
solamente a la profundidad del agua que corre (ó existe, para el agua
durmiente) en el suelo, bajo mi pie” Aquí la interrogación se reemplaza por
la numeración de los segundos: uno, dos, tres, cuatro, etc.
POR
INTERROGACIONES se encuentra si la profundidad comprende al espesor de los
bancos de arcilla. El operador teniendo en sus manos una boleta de arcilla Como
testigo, o un testigo artificial, interroga: "Exactamente a esta
profundidad hay arcilla?" El péndulo en oscilaciones indica su
presencia por los giros; si no la hay, continúa en oscilaciones. Una nueva
interrogación fija el espesor del banco, si se desea. Pero antes de buscar la
arcilla, el operador debe expresar su deseo: "Deseo hacerme sensible a la
presencia de la arcilla que pueda interponerse en la profundidad del agua, que
existe en suelo, bajos mis pies".
CASO
QUE EXISTA ARCILLA, es preciso añadir el espesor, a la profundidad encontrada;
así pues, por ejemplo, si se encontró agua a 25 metros y que se haya
descubierto una capa de arcilla de 1'75 de espesor, el agua realmente se
encuentra a 25 4 1’75 = 2675
metros. Todo esto, claro está, para aquellos operadores que crean que la
arcilla falsea la profundidad.
TAMBIÉN se ha imaginado otro medio para determinar la profundidad agua. Este consiste en clavar una estaca metálica en el suelo, en el eje central de la corriente del agua.
(figura 6)
Después
se fija en ella un hilo de cobre de un diámetro cualquiera, que se
desarrolla perpendicularmente al sentido de la corriente, manteniéndolo por
medio de otras estacas, ligeramente separado del suelo.
El
operador, baqueta ondulo en mano, camina sobre él habiendo establecido por
convención mental que cuando atraviese el punto distante de la primera estaca,
desde donde inició Su recorrido, la misma distancia de la base de aquélla a la
superficie del agua, su instrumento reaccionará.
Este
método no es más que una variante del de los 45, siendo su uso muy extendido.
En
un principio se creyó que las radiaciones del agua se extendían por el hilo
metálico en idéntica distancia a la profundidad a que aquella se encontraba.
Este hecho, carente de todo fundamento científico y que fue el motivo de que
muchos operadores aislasen cuidadosamente el hilo de todas las estacas menos de
la primera para establecer un hipotético contacto, quedó seriamente
desvirtuado cuando algunos operadores empezaron a emplear un hilo de cáñamo en
vez de cobre, puesto que mal se podía pretender mantener la existencia de
radiaciones de las que el cáñamo fuese un buen conductor.
Y
lo que terminó de demostrar plenamente que el método del hilo de cobre no e más
que una convención mental y que es el inconsciente, operando a través de las
indicaciones obtenidas por la emisión de radiaciones psíquicas o mentales,
quien determina la profundidad, fue lo siguiente:
Que
el hilo de profundidad puede ser empleado para valuar profundidades muy
superiores a su longitud. Es suficiente admitir por convención mental que tal
fracción de longitud del hilo corresponde a tal profundidad; esta consideración
demuestra bien cual es su verdadero Carácter
radiestésica.
CIERTOS
RADIESTESISTAS emplean otro procedimiento para apreciar LA profundidad. Toman
como base la altura del péndulo, puesto en oscilaciones en la mano derecha.
Cuando el agua es poco profunda, el péndulo entra en giros a la altura de dos
metros; bajando la mano hacia 1'75.m el
agua esta a 25 metros; 1’50 m el agua está a 50 metros; m el agua está a 50
metro; 1’25 m el agua está a 1 metro: Otros autores toman las alturas al
nivel de los ojos, del pecho, la cintura, las rodillas, los tobillos del
operador. Es una regla empírica que cae por la base, ya que hay hombres de
pequeña y gran estatura y, entonces, también aquí interviene una convención
mental. Las alturas tomadas sobre el hombre son independientes de toda valuación
numérica.
BUSCAR
EL CAUDAL de una corriente de agua subterránea es una operación bastante difícil;
El caudal esta determinado por la sección transversal de la corriente de agua y
por la rapidez de su derrame. Existen diferentes métodos para valuar este
caudal y la convención mental forma, también, la base de cada uno de ellos.
Hay
operadores que han notado que para una determinada corriente, la baqueta daba un
numero determinado de golpes, bajando y levantándose alternativamente y el péndulo
un numero fijo de oscilaciones invariables sobre todo el recorrido de la
corriente. Si la corriente se divide, el numero de golpes u oscilaciones sobre
cada derivación disminuye, pero su suma es igual al numero de golpes u
oscilaciones, que se obtuvieron sobre la corriente principal. Si dos o más
corrientes de agua se reúnen, la suma de las oscilaciones y golpes obtenidos,
sobre cada una de ellas, es igual a la que se obtiene sobre la corriente
resultante. Partiendo pues, de las consideraciones precedentes, pueden hacer
estudios de evaluación sobre corrientes de- agua de diferente importancia, para
establecer tablas, ya que el número de oscilaciones o de golpes parece muy
ligado a la importancia del caudal; puede deducirse, también, del fenómeno
observado que cada golpe o cada oscilación equivale a un valor arbitrario, que
corresponde a un numere determinado de litros.
EL
OPERADOR se coloca sobre la corriente, de cama la parte alta, teniendo en la
mano su instrumento, y cuenta, exactamente
los movimientos, basta que se pare completamente. Si conviene
consigo mismo que un movimiento corresponde a 1 paso de X litros de agua
y que habrá tantos movimientos como tantas veces 1 litros de agua pasen en 1
minuto, si por ejemplo conté cuarenta movimientos, el paso de agua por minuto
será igual a cuarenta multiplicado por X.
Al
igual que para la profundidad, muchos operadores establecen convenciones
mentales personales, a base de contar determinada
unidades de cosas, monedas, golpes de talón, etc., a un determinado compás,
mientras que otros se limitan a meras preguntas o interrogaciones sobre la
cantidad de litros de agua por minuto, por hora, etc.
Sobres
la evaluación del caudal hay que ser muy prudentes, realizando muchos
ejercicios prácticos de comprobación antes de atreverse a dar un diagnóstico
exacto, en una búsqueda real.
Hay
que tener presente que, como que entre un estudio radiéstesica y la terminación
de la perforación de un pozo pueden transcurrir bastante tiempo, generalmente
ocurre así, el caudal en centrado en el momento de hallar la veta o corriente
subterránea puede ser muy distinto al encontrado en el momento del estudio se
comprende perfectamente si ambas cosas, como es frecuente, se realizan en épocas
o estaciones distintas del año. No pasa la misma cantidad de agua por una veta,
sobré todo si no es muy profunda, en verano que a últimos de invierno.
La
localización de corrientes de agua subterránea sobre el terreno puede
considerarse cono el prototipo de las búsquedas radiestésica de todas clases,
ya que los mismos métodos, convenientemente adaptados, son los que se usan en
la localización de yacimientos minerales, paveras, etc.
Mas,
lo que hay que tener siempre presente es que en radiasteis, al igual que en
todas las actividades humanas, los más espléndidos éxitos se consiguen
solamente tras una cuidadosa especialización. Es por ello que el operador
radiestésica, que verdaderamente quiera destacar en este bello y apasionante
arte, debe especializarse únicamente en uno, a lo más dos generes de búsquedas
determinadas.
Solamente
los genios radiestésicos, y de éstos existen pocos, pueden dedicarse con éxito
a todo genero de prospecciones, pero estos hombres poseen cualidades y aptitudes
especiales, entre las cuales juegan un gran papel las derivadas de una genealogía
he reeditaría.
Antes
de pasar a hablar de las prospecciones radiestésica a distancia o Tele radiestesia, queremos brindar a nuestros lectores la oportunidad de
entrenarse, mediante un sencillo dispositivo, en la práctica de la atención y
concentración voluntarias y en la exteriorización del pensamiento, tras cuyo
entrenamiento adecuado estarán en condiciones inmejorables para afrontar con
garantías de éxito este apartado, apasionante y maravilloso, de la
radiasteis, que es la Tele radiestesia.
Este
dispositivo dé entrenamiento, denominado ESTENOSCO PE, de cual datos los
detalles de los materiales que entran en su construcción
así como las dimensiones y forma de montaje, tiene la ventaja que puede
ser construido por todo el mundo, a un precio de coste nulo, puesto que lo que
se necesita para su construcción y adecuado funcionamiento no es más que
aguja de coser, un tan de
corcho, aria tarjeta de visita y un papel de
y una gran perseverancia, puesto que no siempre da inmediatamente los
resultados apetecidos, a menos de poseer, ya de naturaleza, unas con resultados
especiales para la exteriorización del pensamiento.
(figura 7)
Está compuesto de un agua de cartón delgado, que se
puede recortar de una tarjeta de visita. Dicha aguja forma en B por medio de un
pliegue una pequeña asa, que debe procurarse no forme un ángulo interior a
demasiado pronunciado. En b se coloca un pequeño estribo de papel de seda,
cuyas funciones otra que aumentar la superficie sobre la cual debe volver
la fuerza, que pondrá la aguja en movimiento • Este pequeño estribo
es colocado simplemente sobre la rama e dé la agua a de cartón. En O se coloca
un pequeño contrapeso a, recortado de la misma tarjeta de visita, tendiendo a
equilibrar la aguja cuando ésta es colocada sobre su pivote E, formado de un
alfiler de acero muy delgado (puede servir una aguja de coser) atravesando un
pequeño tapón de corcho, que le sirve de soporte. EL alfiler debe estar bien
vertical y su punta bien afilada.
La
aguja A debe ser delicadamente colocada sobre su pivote, la parte media
e1 asa B en contacto con la punta del alfiler P, corno muestra la
figura, y, cuando todo el sistema está bien equilibrado, se dispone de un
equipo móvil de la más alta sensibilidad, influenciado por los menores
movimientos de aire. Es por ello que cuando sé experimentar debe trabajarse
dentro de una habitación bien cerrada, sin que haya corriente de aire alguna.
El operador, cómodamente sentado, debe colocar el dispositivo sobre el borde de una mesa, el estribo b girado hacia él. Cuando la aguja esta completamente inmóvil, se acerca muy lentamente, para no originar ningún movimiento del aire, una de las dos manos, manteniéndola verticalmente a una distancia de la aguja de unos ocho milímetros, poco más o menos, en la posición representada en punteado en la.(figura 7.)
Al cabo de unos diez segundos aproximadamente, la aguja es atraída
por el dedo más cercano a ella y entra en contacto con el mismo Es bueno
repetir el ejercicio con una y otra nana alternativamente hasta obtener una
obtener rápida Hasta este momento el fenómeno de atracción de la aguja es
producido únicamente por la exteriorización de energía nerviosa. si
intervención mental de ningún género. Mas, si entonces se manifiesta
mentalmente el deseo de atraer o repeler la agua, es cuando después de una
serie dé ensayos infructuosos, mas o menos prolongados ensayos el individuo,
termina por obedecer a la mano del operador el pensamiento motriz, modificando
el sentido de la acción de las radiaciones nerviosa que emanan de la mano.
Nosotros
debemos decir en honor de la verdad que solamente una minoría de personas es
capaz de hacer mover el Estenoscope por medio del pensamiento, sobre todo por
falta de perseverancia en los entrenamientos, pues muchos podrían llegar a
lograrlos, estando, entonces, en las mejores condiciona tras estos ejercicios de
llevar a cabo con exilo cualquier clase de prospección radiestésica y sobre
todo telerradiestésica.
Los
ejercicios por medio del Estenoscope deben llevarse a cabo estando solos, pues
la presencia de espectadores dificulta, cuando no imposibilita totalmente, la
obtención del fenómeno. Para llevar a cabo éste, debe operarse en las mismas
condiciones que en una operación radiestésica, sin olvidar nunca el ESTADO
PASIVO Y LA CONCENTRACIÓN.
Las
imperfecciones de la percepción humana en radiasteis, nunca que sepamos, dieron
lugar a que los autores que han disertado y demostrado el mayor interés por la
radiasteis se preocupasen en lo más mínimo de la educación y
perfeccionamiento del maravilloso mecanismo mental del hombre. Quizá no se pensó
en tal perfeccionamiento o se creyó imposible y tal vez no interesaba por
serles inconcebible.
Se
ha exagerado el éxito de diversas prospecciones, disimulado los fracasos,
intentado perfeccionar los instrumentos del Zahorí, tan sencillos y perfectos
y, explicado lo rete rente a fenómenos Radiestésicos y Físicos, oreando
aparatos basados en principio fantasioso, empleados intempestivamente, pero por
ignorancia, por temor a la crítica, se ha descuidado lo más importante do la
Radiasteis; La acción mental del operador, que es el TODO; sin ella no hay
Radiasteis posible.
Y
ES ESTA ACCIÓN MENTAL
la que por una enseñanza apropiada, por búsquedas incesantes, por ejercicios
bien comprendidos, tenía que haberse procurado hacer más potente, más sutil,
más eficaz y, sobre todo más lúcido, pues íntimamente ligado a la actividad
subconsciente, NADA puede hacerse sin ELLA en radietesia.
EN
LOS DIVERSOS CURSOS donde se pretende ensañar la radiasteis, eh realidad, que
se hace, se enseña métodos basados sobre concepciones utilizando (sin que se
diga) la sugestión como base esencial de la técnica, cono por ejemplo asimilar
el organismo del practicante a un receptor de T S H, y ensayando introducir eh
el dominio de la física hechos pertenecientes al dominio mental.
Y
LOS CREADORES de diversos
aparatos destinados d la búsqueda de rayos radiestesicos
proceden de los mismos errores. Él campo de las búsquedas está
ampliamente abierto, pero los que primeramente se pusieron
recorrerlo, partieron de una base si no precisamente falsa, poco menos,
pues revelan fenómenos ya conocidos pero mal elegidos para penetrar en un
dominio aún inexplorado.
EN
EL ESTADO ACTUAL todos los fenómenos que dependen de la electricidad o del
magnetismo parece que pertenecen a un orden de hechos muy diferente de lo que ha
podido observarse en las experiencias radiestesicas. Los fenómenos
radiestesicos no son únicamente el resultado de las búsquedas de aguas o de
los minerales, dependen también de la búsqueda de objetos, personas etc. Así
pues, si se quieran orear aparatos para explorar loe campos de fuerza
electromagnéticos o el magnetismo terrestre potencial atmosférico y campos de
influencia que existen alrededor de cuerpos diversos, precisan necesariamente
que de ellos se haga dos categorías.
En
la primera podrán clasificarse todos los aparatos sensibles alas
radiaciones magnéticas o electromagnéticas y a demás todos los que hasta el
presente ya estén establecidos como, prendiendo solamente dispositivos electromagnéticos
derivados de dispositivos más antiguos, he aquí una
convicción de un gran minero de zahoríes de que la electricidad y el
magnetismo son la causa de todos los fenómenos radiestesicos. Es una manera un
poco simplista de ver las cosas haciendo abstracción del papel
fundamental que tiene el operador.
EN
LA SEGUNDA categoría pueden
aliñares los aparatos especialmente estudiados para explorar los campos
surgidos de las fuerzas desconocidas.
Estos
aparatos obligatoriamente deberán tener dispositivos insensibles a las
radiaciones electromagnéticas y aquí es precisamente la dificultad quizá más
aparente que real pero una barrera a todos los buscadores que se mantuvieron
extraños al estudio de las fuerzas mentales y otras fuerzas diversas que pueden
revelar su existencia por manifestaciones visibles.
QUE
SE CONCIBAN los aparatos electromagnéticos con el fin de discernir las
modificaciones producidas localmente en el magnetismo terrestre por influencias
especialmente prominentes de la presencia de yacimientos o de corrientes de
agua, dando existencia a campos de fuerza, y permitiendo así deducir la
existencia del agua o de los yacimientos, está perfectamente, pero pretender
utilizarlas con vistas a descubrir formas de energías que no se refieran al
magnetismo o a la electricidad, es un ERROR CANTAR DE UNA MANERA absoluta
con la constancia de las fuerzas mentales, con su eficacia permanente, seria
una ilusión peligrosa, teniendo en cuenta la falta de preparación
psicofisiologica.
Por
él contrarío, mas bien un desfallecimiento de estas fuerzas que al debilitarse
falsean su funcionamiento y alteran sus manifestaciones. Los numerosos errores
se deben a la falta de preparación mental del operador.
Que tengan un funcionamiento físicomecanico para sustituir
el desfallecimiento del poder psíquico está muy bien, pero sin olvidar
que el perfeccionamiento de este poder será siempre superior al del aparato.
Antes
de pasar revista sumariamente a los aparatos utilizados para comprobar la búsqueda
radiestésica hay que constatar que aparatos estudiados para búsquedas muy
diferentes puedan ser útilmente empleados.
EL
PRIMER APARATO en el cual se pensó para las búsquedas radiestesicas fue el
magnetometro del abate fortín, estudiado para constatar las variaciones del
magnetismo terrestre bajo la acción de diversas causas metereologicas, después
de algunas simplificaciones no constaba más que de un bloque magn4tioo de forma
oblonga interiormente acanalado y constituido por un enrollamiento de 5000
espiras de un tino alambre recogido y aislado. Este bloque fijado sobre uno de
sus campos en el zócalo del aparato es taba sobrepujado por un cuadrante
circular dividido en 360~ encima del cual podía dar vueltas una aguja de cobre
muy ligera suspendida por un hilo de abrotano a una espacie de pescante. El todo
estaba enterrado en una campana de cristal. En 1904 se hizo la primera aplicación
del magnetómetro en la búsqueda de aguas del subsuelo.
Derivado
del magnetómetro de fortín es el aparato suizo de SCHMID destinado a los mismos
usos y cuyo empleo en las búsquedas de aguas subterráneas no tenia efecto sin
numerosas complicaciones. Después vino el aparato americano del profesor Hayz.
Siempre inspirado en el de fortín, pero cuyo bloque multiplicador comprendía
dos veces mas de espiras de alambre que su antecesor y cuya aguja era de acero y
desigualmente imantada. El aparato de Hayz como el de Schmid, debía emplearse
obligatoriamente entre las nueve de
la mañana y las tres de la tarde.
FINALMENTE
MAJEN habiendo reconocido los inconvenientes de los precedentes aparatos los
perfeccionó creando su indicador Galvanom4trieo de las aguas subterráneas en
movimiento que podía utilizarse desde la salida hasta la puesta del sol. El
aparato no permitía operar más que en terreno descubierto con tiempo claro y
calmado. No indicaba las capas de agua inmóviles y sufría la influencia de las
masas metálicas y de los conductores de alta tensión de la cual debía estar
bastante alejado para funcionar formalmente.
EN
SUMA se ve que los diferentes, aparatos magnéticos han sido ensayados
exclusivamente en la búsqueda de aguas subterráneas corrientes de las cuales
pudieron indicar con bastante exactitud su presencia por derivaciones del
magnetismo terrestre o polinización de ciertos espacios sobre pujando la
corriente de las aguas, es un resultado interesante pero muy estrecho en
comparación con el inmenso campo qué abarca la Radieatasia.
AUN
HAY otros aparatos de principios diferentes que han sido empleados para las búsquedas
radiest4sicas con el fin de extender el alcance de las prospecciones. Entre
ellos se encuentra el péndulo Gravimétrico Hollweçk-Lejay cuyos inventores al
construirle seguramente no previeron que podía servir a los Zahoríes; que por
ello experimentaran un sentimiento de orgullo es muy dudoso, pues los Zahoríes
tienen una reputación poco envidiable que los puros espíritus científicos
vacilara siempre en comprometerse con ellos. Sea como fuere este péndulo
especialmente construido para estudiar las variaciones de la gravedad ha
permitido hacer en radiasteis interesantes constataciones. En efecto, la
gravedad no tiene una intensidad del mismo valor en todos los puntos de la
tierra y ha sonido para buscar una zona que dando la vuelta al globo la fuerza
de la gravedad se ejerza con la misma intensidad en todos los puntos de dicha
zona.
SIN
TENER
nada de común con el modesto p6ndulo de los Zahoríes cuyo grado de
sensibilidad es suficiente en razón de la precisión necesaria a la ejecución
de sus cálculos los inventores han imaginado otro dispositivo (1) en el cual se
encuentra el principio del metrónomo de Maetzel. La masa del péndulo es una
pequeña baqueta de cuarzo a la que sirve de soporte una delgada lamina metálica
fijada sobre el zócalo del aparato y cuya flexión permite que el péndulo
oscile. El régimen de oscilaciones está reglamentado por una corredera móvil
en cuarzo que puede hacerse resbalar sobre la baqueta de la misma materia parándola
a la altura que se quiera. Los desplazamientos de la extremidad la baqueta se
examinan por medio de un amplificador óptico.
LA
SENSIBILIDAD
de este aparato es tal que sus pulsado mes están influenciadas por los campos
magnéticos o eléctricos de minina intensidad; así es que es capaz de revelar
las más pequeñas variaciones de la gravedad.
MIENTRAS
ESTAMOS
En el terreno de la gravedad de paso veremos otro aparato cuyas indicaciones están
en sensible nexo con los del péndulo Hollweck-Lejay, aunque sean más
dilatadas; la balanza de Eotvos físico húngaro, la cual permite revelar con
una gran precisión las variaciones de la gravedad.
Utilizado
por los geólogos y por algunos radiestesistas es una balanza de torsión cuyo
hilo soporta una palanca muy ligera terminada por dos esferas. Si la intensidad
de la gravedad es diferente al sitio ocupado por cada una de las esferas se
produce variaciones en la duración de las oscilaciones del sistema.
ESTA
BALMIZA permite el examen de las anomalías localizadas cuya causa se encuentra
en el reparto de las masas de densidades
diferentes del subsuelo pero sus indicaciones no se refieren especialmente a la
acción vertical de la gravedad o a causas dependientes de los accidentes del
subsuelo sino a acciones que se ejercen en no importa que dirección que
disminuyen progresivamente mente por la distancia como la
atracción entre masas vecinas definidas por la ley física bien
conocida; la atracción es proporcional a las masas e inversamente proporcional
al cuadrado de la distancia que las separa.
LA
BALANZA
de Eotvof es de una tal sensibilidad que indica la presencia de muy débiles
cantidades de metal ocultas en el suelo con mayor razón sus indicaciones son
realmente positivas cuando existen importantes yacimientos.
EN
CONCORDANCIA con las indicaciones de la baqueta o del péndulo, las indicaciones
de esta balanza constituyen un verdadero instrumento de física. A cierta
distancia puede aún desea brir la existencia y la dirección de cavidades
subterráneas, d~ fallas, de objetos e incluso de personas invisibles y de las
que les es posible enseguida constatar la presencia; En suma, obra en búsquedas
limitadas sin selectividad especial en presencia de fuerzas diversas componiendo
un campo resultante y uno acaba por pensar que datas fuerzas con las cuales oree
encontrarse al cuestionar en radiasteis no son en el fondo sino manifestaciones
di versas de una sola y misma energía. Este modo de ver es muy ver6 símil
teniendo en cuenta que en física como en fisiología se admite la permuta de
estas fuerzas entre ellas cambiándose la forma de una por la forma de la otra.
Finalmente se constata y se mide cuando es posible que formas diferentes de
energía dan efectos diferentes, es date una probabilidad que hace verosímil
suponer que un aparato propio para descubrir y medir uno o varios de estos
efectos puede no ser capaz de descubrir y medir los otros. Ver la ilustración
del 22 de Julio de 1933 y el genio civil n 26 del año 1923 página 648 donde
este dispositivo esta descrito.
ESTA
PUES FROBAJYD
que una categoría de aparatos sirve para conocer la existencia de los campos de
fuerza pero con otros aparatos los electrómetros ultra sensibles pueden medirse
además las variaciones del potencial y el grado de ionización en ciertos
lugares.
SERIA
INTERESANTE
hacer el examen de los detalles de construcción de todos estos aparatos y de
estudiar sus aplicaciones pero dada la estreches de limitas en que pueden ser
empleados examinaremos solamente otro dispositivo y muy notable el del ingeniero
Italiano De Vita construido por los establecimientos Firrao y Viqain en Roma.
PARA
PRESENTAR
el dispositivo de Vita nos vemos
obligados a dar algunos detalles técnicos sobre su constitución interior,
pedimos nos perdonen los lectores poco preparados pare comprenderlo. Este
dispositivo al cual su inventor día el nombre de ELECTROMETRO
DE VÁLVULA 'TEIMO-IONIOA comprende esencialmente una válvula con dos
rejas bastante aproximadas y colocadas entre el todo y el ¿nodo montadas en un
aparato cuya forma recuerda la de un receptor de TSH.
Una
de las rejas está unidad a una antena exterior y sometida así al potencial del
aire que hace variar su propio potencial.
La
otra reja enlazada en derivación sobre el circuito principal permite regular la
tensión entre los electrodos y las rejas.
EL,
DISPOSITIVO
funciona bajo una tensión entre los voltios en el ¿nodo; el reglaje de la
tensi4n del c4todo que puede ponerse a tierra se hace por un circuito
secundario.
En
las partes de estos circuitos que llevan intensidad des diferentes se montan milíamperímetros
de mucha sensibilidad en los cuales el miliamperio está repartido sobre toda la
graduación del cuadrante cuando el potencial de reja es más bajo que el
potencial del ¿nodo la Corriente del ¿nodo no sufre ningún cambio ya que los
electrones esta llevados sobre el ánodo y cuan do el potencial de reja
sobrepasa el potencial anodino la reja a su vez atrae los electrones y le
corriente pasando por el miliamperímetro va disminuyendo de intensidad. En
suma, la reja desempeña el principal papel regulando el paso de los electrones
según la altura de su potencial con relación al del ¿nodo: obra como una válvula
regulando la salida de los electrones o parándola.
LA
BREVE EXPOSICIÓN del dispositivo de Vita permite al lector familiarizado con la
TSH comprender su funcionamiento. Sus aplicaciones son del más alto interés y
las primeras experiencias que permitió realizar tuvieron por objeto el estudio
de las perturbaciones causadas en los campos eléctricos de la atmósfera por
las aguas subterráneas.
LAS
RADIACIONES emitidas por el agua, producen por ionización una conductibilidad
mayor que el aire, la cual determina una bajada de potencial dé la atmósfera.
Encima
de las corrientes de agua subterránea, la conductibilidad eléctrica del aire,
es pues, mas elevada que la conductibilidad normal y de estas experiencias puede
deducirse que las variaciones del potencial del aire pueden producir reacciones
radiestésica como lo han probado las reacciones sentidas por opera dores no
informados de las existencias de estas variaciones las cuales de antemano había
ya revelado el aparato de Vita.
EL
INVENTOR debió aportar perfeccionamientos sucesivos a su dispositivo pare
aumentar su grado de precisión. Nosotros no podemos reproducir aquí todas las
fases de su trabajo, ni hablar de todos sus ensayos pero obtuvo una tan
sensibilidad en su apara té que el exceso de la misma dio por resultado que se
convirtiese en un serio inconveniente.
EFECTIVAMENTE
para dar frito a las experiencias es necesario que se alejen del apartado todas
las causas que puedan transformar su funcionamiento y alterar sus indicaciones.
La presencia de algunas personas en su proximidad, el paso de una corriente eléctrica
en un conductor cercano es origen de perturbaciones molestas.
Se
comporta exactamente como un radiestesieta en el curso de una prospección
cuando está rodeado de espectadores y sufre su influencia.
EL
EXCESO de sensibilidad de los aparatos necesita como consecuencia de las
consideraciones precedentes la calma perfecta de la atmósfera y la constancia,
de su serenidad si no sería imposible emplearlos para observaciones útiles ya
que toda perturbación de origen magnético eléctrico higrométrico no permiten comparar los resultados de
sucesivas observaciones.
Muy útil pare verificar la existencia de una corriente que agua
subterránea registrada por la baqueta o p4ndulo, permitiendo medir las
variaciones del campo magnético local se compone de dos agujas imantadas
colocadas sobre dos soportes superpuestos verticalmente en un bastidor. El
soporte de las brújulas inferior es fijo; el de la brújula superior es móvil
y puede, mediante un tornillo de regulación, ser subido o bajado a voluntad. A
medida que se baja la brújula superior, las dos agujas forman entre sí un ángulo
de desviación que tiende a aumentar.
FUNCIONAMIENTO.
Tracemos una perpendicular en la corriente de agua supuesta y midamos una
longitud de 5 metros a un lado y a otro.
Ponga
el aparato en el extremo de la línea (punto) Aproximemos las dos agujas para
obtener un ángulo de desviación comprendido entre 20 y 50 grados. Lleve a
continuación la brújula pila doble a un metro de allí punto (1). Midamos el
ángulo marcado sin tocar las agujas, sea, por ejemplo, 34 30", y
continuemos así de metro en metro. En el punto 5, o sea, en el medio de la
corriente registraremos una mayor variación. Llevando estas variaciones sobre
ejes rectangulares, poniendo en las abscisas las distancias y en las ordenadas
los ángulos encontrados, obteniendo un gráfico que, en el punto 5 a
verificar, presentara una várice característica.
Y
PARA CONCLUIR la cuestión de los aparatos puede resumirse así; ciertas
indicaciones proporcionadas por un operador pueden ser controladas por aparatos
pero el radiasteis puede ejercer sus aptitudes a cualquier distancia y sobre
cualquier clase de objetos mientras que con los aparatos únicamente pueden
revelar variaciones de potencial resultantes de los accidentes del sur suelo y a
distancias limitadas. Este estado de cosas caracterizado en esta torna parecen
reservar aún un porvenir brillante a la radiasteis mental, mientras quiera
comprenderse la imperiosa necesidad de desprenderse todo lo que sea posible del
amplísimo y de basar su empleo
sobre los datos psicofisiologiacs racionales.
PERO
AL LADO
de los aparatos que tienen un acercare netamente científico, existen otros en
los cuales se han colocado dispositivos eminentemente fantásticos, cuyos
inventores naturalmente cuidan de guardar el secreto; algunos podíamos citar
cuyas propiedades son verdaderamente extraordinarias, según dicen sus autores;
son capaces de abordar cualquier género de prospecciones, de descubrir no
importa que cosas, uno de los más curiosos funciona por medio de substancias
misteriosas colocadas en cápsulas herméticamente cerradas que se introducen
sobre un soporte que al doblegarse de un modo más o menos acentuado indica si
hay concordancia entre la radiación que viene del exterior y la de la cápsula;
es el empleo de los testigos hechos automáticos pero es preciso comprar
centenares de cápsulas acompañando al aparato. Nosotros no pudimos jamás
obtener precisiones sobre los resultados; certificados auténticos de todos
estos aparatos, sabemos solamente que se vendían muy caros.
AL
DEPLORAR
la presencia de tales producciones en el mercado de la radiestesía, es al mismo
tiempo consolador, comprender que no pueden tener ningún éxito por parte de
los operadores inteligentes al igual que los péndulos y las baquetas
complicados. No pueden pues perjudicar en absoluto el arte de los zahoríes ya
que puede ser comparado a las especialidades médicas vendidas por charlatanes
las cuales no pueden perjudicar al arte médico cuando menas en lo relativo a
las doctrinas médicas y a la reputación de los médicos serios.
CIERTOS
buscadores creen haber comprendido que es en el empleo de los aparatos
auxiliares donde debía verse el progreso en radiestesía y desde hace varias
efes según parece se han empleado con éxito diferentes dispositivos
establecidos para captar las emanaciones de los cuerpos y orientarlos después
de haberlos seleccionado.
Citaremos
"el Radiocaptor" del doctor
reynault y del profesor
Larvaron. Armando Vire habla de ello en su libro 'como se llega a
zahorí', sin dar detalles, lo que es una verdadera lástima haciendo lo mismo
con otro aparato debido a un colaborador de Vire, M. Boche.
Nosotros no podemos extendernos en los resultados obtenidos con estos dispositivos pues no hemos tenido aún la posibilidad de ensayarlos personalmente.