24 octubre - 22 noviembre

 

Palabra que te define: Intensidad.
Tu verbo favorito: Yo creo (crear).
Representas: El ocultista del zodiaco.
Lo que más te gusta hacer: Analizar el comportamiento humano.
Lo que menos soportas: La traición y la mentira.
El dinero lo obtienes: Ampliando tus horizontes y filosofía.
El dinero significa para ti: Un medio para disfrutar.
Tu mente es: De compresión rápida y profunda.
Tu familia es: Para dedicarte y protegerla.
Tu hogar está cargado de: Cosas fascinantes y diferentes.
Tu imaginación se caracteriza por: Idealista y soñadora.
Tus compañeros de trabajo dicen: Eres demasiado impulsivo.
Tu trabajo perfecto: Sanador, investigador y actor.
Actividad que te beneficia: Aprender a manejar tu energía psíquica.
Cómo repones tus energías: Aislándote y reflexionando.
En sociedad y los negocios te caracterizas por: Perseverante y justo.
En el amor buscas: Una unión espiritual.
El matrimonio es: Estable y duradero.
Tu gran defecto: Ser Obsesivo.
Tu gran virtud: Ser leal.
Tu sueño secreto: Poder ayudar a la humanidad a evolucionar.
Arma secreta para seducir: Eres irresistible y misterioso.
Tu sexualidad esta llena de: Profundidad y arte.
Que ostentas: Ser claro y directo.
Que adoleces: Capacidad de perdón.
Tu filosofía: Buscar lo oculto y lo profundo.
Dios significa: El principio.
Los viajes: Cambios y aprendizaje.
Cómo defines el éxito: Poder y brillo.
Cómo jefe eres: Leal y arrogante.
Los amigos significan: Cualquiera no puede ser tu amigo.
Temor oculto: La traición de alguien amado.
Qué es lo que no te deja avanzar: El deseo de venganza.

 

CARACTERÍSTICAS


La vegetación muere descomponiéndose lentamente bajo las lluvias otoñales. La semilla soterrada está iniciando el largo viaje nocturno a la espera de la resurrección. Es la etapa durante la que todo debe morir, no para poner término definitivamente a la vida sino para transformarse a través de la resurrección, expresión de la destrucción de los valores objetivos y de las formas exteriores en favor de un proceso de fermentación, de putrefacción, de disgregación.

Es el octavo signo, el más complejo del Zodiaco; vida, muerte y resurrección están estrechamente unidas y expresan el auténtico y profundo significado del Escorpión, que tiende a destruir todo lo que existe para reconstruirlo bajo nuevas formas. En la mitología, el signo está ligado al mito de Orión, el cazador castigado por los dioses por su violenta y destructiva agresividad.


PERSONALIDAD

Dominado y regido por el planeta Plutón, Escorpio está caracterizado por un fuerte instinto y tendencia a impulsos violentos. Su fuerza inconsciente es a menudo demasiado potente para ser controlada y se revela de forma desordenada provocando profundas angustias existenciales.

Solamente en la dialéctica Tauro-Escorpio se puede entender plenamente el sentido de la tipología de este signo, en el que el sentido de la vida y de la muerte están estrechamente ligados. Mientras que su signo opuesto, Tauro, simboliza la vida en su expresión más simple y concreta, y la sexualidad, por ejemplo, se vive como un medio de procreación, en Escorpio la sexualidad se transforma en erotismo, se vive con agresividad, con curiosidad, pero también con temor, como un momento en el que el placer y la muerte se confunden.

Esta naturaleza de Escorpio se encuentra minada por un fuego interior, animada en las entrañas por la exasperación de pulsaciones violentas. Este "diablo en el cuerpo" expresa una angustia de vivir, una sed de "ser más" antes que de "bien-estar", que busca sus afinidades en las tormentas y convulsiones de la vida.

Agresividad y erotismo


Dos grandes instintos se enfrentan en una ambivalencia intensificadora: la agresividad y el erotismo; danza endiablada de lo sublime y de lo abyecto, del cielo y el infierno, del realismo brutal y del idealismo místico, del apego y el desprendimiento, del amor y la muerte.

El instinto sexual se prolonga bajo el aspecto creador: don de producir, de fecundar, de realizar en un arranque irresistible; el poder del ser es o procede del sexo y a través de este poder sexual, natural, desplazado y sublimado, a través de la integración del erotismo, animal o espiritualizado, encuentra su razón de ser.

Si existe disonancia, el ser se encuentra inquieto, atormentado; su alquimia interior destila los venenos de los estados mórbidos: sentimientos de absurdo, de la nada, ideas de muerte, disgusto, angustia, sadomasoquismo, culpabilidad, autocastigo, fobia, neurosis obsesiva...

La agresividad escorpiónica se extiende también al campo mental e intelectual. A menudo la inteligencia es agudísima, anticonformista y a veces revolucionaria. Al contrario de Tauro, tranquilo, desconfiado y «frenado», Escorpio ama el riesgo y su audacia se revela tanto más evidentemente cuanto más difícil y peligrosa se presente la situación.

Le corresponde la octava casa del Zodíaco, que es la de la muerte, pero también la de la capacidad de resurrección, y puede destruir y desacralizar lo tradicional para revolucionarlo y construir algo completamente nuevo.

Plutón junto a Marte, regente del signo, simboliza no sólo la semilla que fecunda, sino también las fuerzas inconscientes que buscan una forma de expresión creativa y original. Quien está fuertemente marcado por Escorpio es, a menudo, un inconformista, con una inteligencia abierta a toda propuesta, incluso la menos ortodoxa, y con una voluntad de poder y una intuición casi demoníaca que en algunos puede convertirse en un arma al servicio de sus propios fines de forma no siempre cristalina.

Cuando prevalecen las fuerzas agresivas e instintivas, la vida de los nacidos bajo este signo está caracterizada por la lucha, así como por, una fuerte competitividad, que puede llegar a la violencia y a la crueldad.

Si, por el contrario, las fuerzas instintivas profundas pueden ser controladas y disciplinadas, el nativo de Escorpio llega a un alto grado de sublimación. Incluso se pueden encontrar sujetos que rechacen y repriman el instinto y la sexualidad convirtiéndose en presa de la angustia y de fuertes sentimientos de culpabilidad. Los continuos temores pueden convertirlos en seres profundamente infelices y atormentados.