22 junio - 23 julio

 

Palabra que te define: Receptividad
Tu verbo favorito: Yo siento.
Representas: El joven del zodíaco.
Lo que más te gusta hacer: Disfrutar de tu hogar.
Lo que menos soportas: No tener un lugar propio.
El dinero lo obtienes: Trabajando duro.
El dinero significa para ti: Seguridad para el futuro.
Tu mente es: Meticulosa y detallista
Tu familia representa: Lo más importante para ti.
Tu hogar está cargado de: Tus memorias y recuerdos.
Tu imaginación se caracteriza por: Volar y perderse en el horizonte.
Tus compañeros de trabajo dicen: Muy divertido.
Tu trabajo perfecto: Jardinería y bienes raíces.
Actividad que te beneficia: Disfrutar de tu hogar.
Cómo repones tus energías: Una noche bajo la luna llena.
En sociedad y los negocios te caracterizas por: Ambición.
En el amor buscas: Pasión y dedicación.
El matrimonio es: Búsqueda de seguridad
Tu gran defecto: Manipulador
Tu gran virtud: Intuitivo.
Tu sueño secreto: Un mundo perfecto.
Arma secreta para seducir: Tomar una posición de desvalido.
Tu sexualidad esta llena de: Locuras.
Que ostentas: Buena memoria.
Que adoleces: Independencia.
Tu filosofía: Busca más allá de la superficie.
Dios significa: Algo muy profundo.
Los viajes: Un sacrificio, eso de estar lejos de casa no te gusta.
Cómo defines el éxito: Un nuevo comienzo.
Cómo jefe eres: Divertido.
Los amigos significan: Parte de tu estabilidad.
Temor oculto: Quedarte sin familia.
Qué es lo que no te deja avanzar: Desánimo.

 

CARACTERÍSTICAS


Hemos llegado al período de maduración de los frutos, cuando la naturaleza es más fecunda, los campos están exuberantes ofreciendo sus mieses doradas y las semillas dan sus frutos, es el momento del año en que la savia vegetal hincha los tejidos de la Naturaleza en plena fecundidad. El signo expresa de la forma más vistosa las características femeninas de la maternidad. Simboliza, igualmente, las aguas originales, las aguas-maternas. El crustáceo (cangrejo) que lo representa es particularmente prolífico; vive bajo un caparazón como los gérmenes, huevos, fetos y brotes, esbozo y prefiguración de la vida que va a renacer (concha, matriz, costra, envoltura); y también anda hacia atrás, símbolo de un retorno, de un reflujo hacia el pasado.

El planeta regente es la Luna, que ha estado desde siempre simbólicamente ligada a la naturaleza y a todo aquello que pertenece al seno materno. Cáncer es, por esto, el signo asociado a la gestación, a la madre, al agua original, a la leche materna, al útero y, en consecuencia, a la casa, al hogar como refugio, como lugar protector. Corresponde a la cuarta casa del Zodiaco, que representa los orígenes, las relaciones con la madre, el calor del hogar, la patria.

En la mitología está asociado a las divinidades lunares, que simbolizan los valores de reproducción como el dios egipcio Anubis, símbolo del instinto de la conservación de la vida, o la diosa griega Artemisa, protectora de las aguas, de la vegetación y de la maternidad.


PERSONALIDAD



El domicilio de la Luna y la exaltación de Júpiter hacen del nacido en este signo un receptivo, pasivo y sensible. Ligado a la madre y a la familia de origen se siente siempre atado a la infancia, al pasado, a los recuerdos.

Con esfuerzo (y no siempre) es capaz de cortar el cordón umbilical y vivir de forma autónoma su propia vida. El carácter tiende a ser melancólico, introvertido, con miedo al futuro, que es vivido siempre como lo desconocido angustioso. Por esto el Cáncer prefiere la seguridad del pasado y se aferra a la tradición y a la familia.

La falta de agresividad (caída de Marte) le hace poco inclinado a tomar iniciativas y a dejarse arrastrar por la acción. El mundo de la realidad le atemoriza y ama refugiarse en el ensueño y en la fantasía.

No posee el espíritu temerario de Aries ni la alegre inconsciencia de Géminis, pero suple estas faltas con una profunda intuición v una afinada sensibilidad, que le permite igualmente alcanzar sus metas.

Condicionado por la Luna y su elemento, el agua, Cáncer se caracteriza por su humor inestable, inquieto, y por una continua alternancia de momentos de introversión y de entusiasmo. Susceptible y muy vulnerable, si es herido en su sensibilidad se cierra inmediatamente en su concha. El cangrejo cubierto por su resistente caparazón y siempre alerta para huir ante el peligro expresa perfectamente el carácter del signo.

Soñador y sentimental


El complejo materno constituye la trama de la psique de este tipo, próximo a su sensibilidad cenestésica, a su vida vegetativa, da la impresión de permanecer en la infancia, de vivir en su concha, de refugiarse en su pasado. De esta forma se encuentra inclinado a identificarse con su madre, a apegarse a su familia, a su infancia, a los recuerdos, prefiriendo lo de adentro a lo de afuera, lo interior a lo exterior, lo íntimo a lo social.

Es un soñador, un sentimental, un sensible, un imaginativo, inclinado a lo esquizoide, al autismo, a la sumisión pasiva y femenina, en primer lugar a la madre y después al mundo.

Es, al mismo tiempo, un introvertido, un Narciso, contemplativo, lírico, imbuido del sentimiento de su persona, soñando su vida o viviendo su sueño. Es, también un romántico que ama lo maravilloso, lo fantástico, los cuentos de hadas.

El hombre Cáncer tiene una compleja vida afectiva: aferrado a la madre, ésta le arrastra hasta el punto de complicar de forma a menudo dramática toda relación con el otro sexo. El componente lunar le hace necesitar la paz doméstica. La madre significa para él la dulzura de la infancia, la seguridad del claustro materno, mientras que otra mujer representa lo desconocido, y por esto mismo el peligro.

Inestabilidad, temor y angustia caracterizan su vida sentimental; incluso si toma conciencia y se rebela contra la figura materna, quedará siempre en la base de cada relación una cierta conflictividad y competitividad hacia la compañera, ya que el hombre Cáncer desea una eterna repetición de la relación con la madre protectora, que acepta todo sin pedir nada a cambio.

Se presentan dos tipos distintos de tendencia en su destino: Uno dominado por el humor sedentario e inclinado a una vida estable, siendo el individuo un alma simple, de naturaleza buenaza, tranquila, familiar, casera, sin pasiones aparentes. Es un ser hecho para la vida interior, moviéndose poco y con tendencia a la fijación, se encuentra tanto apegado a su familia, a su casa, a su país, a sus cuatro muros como a las realidades materiales. El otro es un ser de humor peregrino y vida inestable; es una naturaleza errante, sobreexcitada, desapegada de la realidad prosaica, desprovista de sentido práctico, al margen de las normas. Ser extraño, caprichoso, extravagante, complicado, cautivador, llama efímera, entregado a la vida bohemia o a la licenciosa, sin hogar, domicilio ni medio fijo, sin familia, entre ángel y demonio...